domingo, 31 de julio de 2011

domingo, 24 de julio de 2011

cosas del furbol

No tiene sentido buscarle explicación racional al fútbol. A ser hincha en realidad.

Yo fui uno cuando chico. A mi papá le gustaba la U, a mi mamá el colo, a mi hermano también así que seguí la lógica y me hice chuncho. Tenía un lápiz, un gorro y una billetera de la U, que todavía tengo por ahí. Después de un tiempo me dejó de interesar el fútbol porque lo comencé a asociar a la actividad física y a los flaites. Cuando me preguntaban de qué equipo era decía "huachipato" porque a nadie le gustaba y yo tenía una razón (la familia de mi papá es de Talcahuano) y eventualmente comencé a pensar en cuál era la explicación lógica para que a alguien le gustara un equipo.

Una de las que se me ocurrían era que el equipo era bueno, o sea, que hubiera ganado varias veces, o sea, para que uno gane varias veces, pero esto no tenía sentido. Sabía que el mayor acto de traición que puede cometer un hombre es cambiarse de equipo de fútbol, así que ser del equipo que esté primero en la tabla es simplemente no ser hombre.

Estos eran los factores: El hincha gana cuando su equipo gana y pierde cuando su equipo pierde, el hincha no puede cambiarse de equipo, y el hincha es de su equipo desde chico.

Lo natural sería que todos fueran del colo, de la U, o la cato, porque son los que suelen ganar, pero así no es la cosa. Nunca he sabido de una persona que analice todos los datos de todos los equipos para elegir al mejor, ya sea el que haya sacado más campeonatos, el que haya clasificado más veces a la Libertadores, el que tenga más jugadores en la selección nacional, el que haya tenido el mejor DT, o cualquier wea. A todos los que les gusta un equipo, les gusta porque ya les gustaba cuando chicos, en esa edad cuando uno está sensorialmente abierto a prácticamente todo. Entonces ¿cuál es el que eligen?

El ser humano tiene milenios de experiencia en apegarse a cosas que no tienen sentido. La religión y la patria son los ejemplos más claros. Uno no elige ni su religión, ni su patria, ni su equipo de fútbol. Uno adopta la religión de su familia, uno adquiere la patria de su familia, y uno es del equipo de fútbol que eligió cuando chico, o sea, del equipo que alguien o algo le inculcó cuando chico. Que la mayoría de las veces es la familia.

En los tres casos, si uno se cambia, se margina. Nadie se cambia, la única opción es irse. Están los agnósticos y los cosmopolitas, pero los no-hinchas son mucho más escasos. Claro que no dejo de lado la selección, la que co-protagoniza cada partido donde el hincha es hincha y patriota. O sea, doble hincha.

El fútbol no ha sido motivo de un genocidio, una guerra, o un atentado porque no nació antes. Hoy en día, los homicidios que tienen una de las tres causas son la excepción, porque ahora matar es malo. Más bien, peor. Sin embargo, podemos poner en una balanza lo bueno y lo malo del fútbol, y desde este lado, se va a ver como lo malo se aleja del suelo.

Ahora le toca al fútbol ser el opio del pueblo. Ser motivo de gritos, dolor, risa, llanto, congoja y júbilo. Ser lo que une con la selección y separa en el clausura mientras las deudas, la pega y la guatona se van a segundo plano y olvidamos que el contrato lo firmamos cuando no sabíamos leer.

domingo, 10 de julio de 2011

Paradoja

- Uno de los más claros indicios de que la ecucación en Chile está pal pico, es que los estudiantes están saliendo tan weones que creen que las manifestaciones creativas sirven de algo.
- En ese caso las manifestaciones sirven pa ver qué tan weones son los estudiantes.
- premio

domingo, 3 de julio de 2011

Eximido

En lenguaje uno se eximía con un 6,0 si tenía algún rojo.
Yo tuve un rojo y terminé con un 5,955.
En química uno se eximía con un 5,0.
Tuve un 5,1 en la primera prueba y un 4,9 en la segunda.

Sé que no lo merezco. Me importa un pico.