sábado, 31 de julio de 2010

sábado, 24 de julio de 2010

Once dreamt that I flied

Ayer me acosté a las 5 y me dormí a las 6. Me quedé tieso por una hora con los ojos cerrados ignorando todos los impulsos, despierto. A cada parte de mi cuerpo le llegaban cosquilleos. Especialmente el pie que tenía levemente levantado. No recordaba cuándo puse la mano en el pecho. Sentía cuando recordaba. Soñé negro como dos veces y desperté con los ojos cerrados. Mi cuerpo trataba de moverse, pero yo no quería. Me pesaba el pecho y no lo podía ignorar. Sentía que moría. Me moví un poco y retomé mi posición habitual. Me arrullaba un monólogo...

Una vez me puse en cuclillas, me puse el pulgar en la boca y soplé lo más fuerte que pude por 30 segundos. Me paré de sopetón y no me senté hasta que todo era blanco.
Tengo alguna tarea pa mañana. El hombre que pasa el diario no salta tan alto. Más respeto con el invitado del S2. Hoydía el metro no atornilló los asientos. La escalera se mueve mucho, mejor la salto . El peaje de una pista de puso a una cuadra de mi casa. Pongo un pie en la reja y camino hacia arriba. No podía sacar la lengua del remolino en el vaso. Hoy el charquicán sabe a carne.
La puerta estaba con llave, pudo haber pasado de diez segundos a diez minutos, hasta que recordé que estaba en mi pieza. Sentía todo el cuerpo débil y el computador seguía prendido. Robotnik.

Sería lindo tener un sueño lúcido. Volar y violar.

miércoles, 7 de julio de 2010

f(x)= -1/x

Sólo recuerdo que subía. Mi niñez fue tan rápida que sólo recuerdo que en un día subía lo que ahora subo en años. Todo era lindo y todo era interesante. Todo me hacía subir. Y subí y subí hasta que llegué al -1.
Ese momento fue infinitesimalmente fugaz. De repente me sentía subiendo, pero muy, muy lento. Era consciente de todo, nada quedaba por aprender. Nada me interesaba. Las necesitaba rebuscadas que me eran remotamente importantes. Las asimilaba de mala gana, pero podía seguir subiendo.
Un día, en una de las que recogí, vi una frase que no tenía nada que ver con las demás, innovadora, original, espantosamente única... y miré hacia arriba.
Lo que decía era cierto, la línea iba conmigo y en cada instante estaba en el mismo lugar. Nunca pensé si era yo quien subía o era todo lo demás lo que bajaba, pero la asíntota no se movía, no alcancé a dudar, la asíntota es perfecta y nada la puede alterar. Ése es mi fin. Si logro alcanzar lo perfecto, todo estará listo. Dejaré de estar y comenzaré a ser.
Me acercaba de a poco. Cada vez menos, pero estaba tan cerca que podía sentirla. Podía verla, olerla, sentir su brisa, pero aún faltaba un poco. Un poco, nada más... sólo un poco... pero nada pasaba.
Traté de hablarle, le tiré piedras, la intenté golpear, le disparé una que otra vez y nada. Cuando me cansé de gritar, me di cuenta que ya estaba muy muy cerca. La tenía tan cerca que pensé que me daría asco, pero a la asíntota no le molestaba tenerme a su lado. Yo ya dudaba.
Cansado no hacía nada. Ningún esfuerzo, pero por alguna razón seguía subiendo. La asíntota se acercaba y yo solo podía recordar cuando fue mi luz. Esa luz que creí haberse desvanecido y ahora volvía.
Estaba sentado y la luz crecía. Me paraba y seguía creciendo. Me volvía a sentar y crecía aún. El pasado volvía a mí. El placer de la asíntota volvía a mí. La esperanza en el límite se volvió agrado. Uno suave y dulce. Tranquilo.
Cerré los ojos lentamente. La luz atravesaba mis párpados. Inundaba mis ojos. Me adormecía.
Mis sentidos anestesiados de placer, mi mente sigue en pie.
Anestesia. Mi mente sigue en pie.
No se apaga. Sigue en pie.
Sigue en pie.

Hasta tocarla.