lunes, 8 de junio de 2009

Pirómano

Ve el colegio en llamas. Lo han incendiado antes, y lo volverán a incendiar. Quiere comenzar el fuego él. El colegio bañado en combustible, cenizas de los profesores, su oportunidad.
No sabemos qué hacer con él. No secamos la bencina, no la íbamos a prender. A nadie le importó. Pirómano anónimo, sólo ve el colegio arder. Un fósforo en el pecho. La chispa en la garganta. Su lengua encendida y el grito estalla. El inocente chantaje docente, son ahora llamas. No se pueden apagar.
El incendio da luz y calor. El colegio es grande, la llama también. Ciegos caminan hacia él. Ciegos viendo la tele, entran al fuego. Salen incandescentes. Llevan la llama a su colegio, preparado para el incendio, en bencina también. Hay ignífugos privados, ciegos pero sordos, sordos al fuego. Nuestro colegio es de papel. Nada puedo hacer. Medio Santiago está en llamas y el pirómano sabe que pronto, Chile entero va a arder.

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