domingo, 28 de febrero de 2010

5 Sur

El terremoto nos sorprendió a 800 kms de Santiago, en el hotel de Paillaco. Partimos luego de un escueto desayuno.
El camino fue un espectáculo más impresionante que cualquier lugar que haya visitado antes. Bastó media hora para ver la mitad de una pasarela en el suelo, encima de un camión de fruta. Había grietas de todos los tamaños, piedras en el camino del porte de un enano gordo, camiones volcados, y desvíos de la autopista por Mulchén, Parral, Retiro y Villa Alegre.
Luego del agotador calor del Biobío, fue un tramo no muy afectado, excepto por series de postes caídos, pero en pie en ángulos de hasta 40º.
Parral, Retiro y Villa Alegre fueron sedes de tragedia inmobiliaria, ciudades de la Región que eligió el terremoto para situar su epicentro repletas de casas de adobe que ahora yacen en el suelo. Murallas de ladrillo no reforzado y de paneles de concreto, ahora escombros. La gente en la calle veía pasar los autos y esperaba una noche sin luz.
Todo esto lo ví desde el otro lado de la ventana del auto con cámara en mano, pero sin pilas.
Ahora yo solo pregunto a los cielos, ¿Por qué todo me pasa a mí?

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